Los lugares tienen energías, al igual que las personas. ¿Te ha pasado que entras a un sitio y de inmediato te perturba el ambiente? Hay energías concentradas allí que pueden ser pesadas, una especie de carga que se percibe y hace que un lugar nos parezca oscuro, aunque estén todas las luces encendidas.
Algunas veces, sucede que es tu propio hogar el que se impregna de esas vibras, porque entran personas negativas que contaminan el ambiente (muchas veces de manera inconsciente). Esas energías se van acumulando con el pasar del tiempo.
Emplea estos elementos limpiadores que van desde sal hasta feng shui, corriente milenaria que se ocupa de distribuir el inmobiliario de la manera más sabia posible. ¡Veamos!
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