Con esta receta quedo al descubierto. Amo las batatas, camotes*,* boniatos, sweet potatoes o papas dulces. Cualquier excusa es buena para cocinar con este ingrediente que además de nutritivo inunda con su color los platos y convierte mi mesa en una fiesta. Las preparo con pasta. Horneadas. En dulce. Asadas. Y nunca me canso de comerlas. Es más, si te digo la verdad: podría comerlas todos los días y sin remordimiento alguno.
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La receta de hoy es un acompañante perfecto: para huevos y omelets en los brunchs dominicales, como el del próximo domingo para celebrar el Día del Padre. Son el sustituto ideal para lo que llamamos aquí en Estados Unidos Harsh Brown Potatoes pero ¡con mucho menos calorías! Y por si fuera poco las batatas son ricas en vitaminas A y C, tienen tanta fibra como la avena, son bajas en calorías, ricas en hierro y tienen betacaroteno que nos ayuda a mantener el bronceado.
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Imagen vía Enriqueta Lemoine